DAWKINS, R. (2007), El espejismo de Dios, Madrid, Espasa.
Richard Dawkins es un eminente etólogo, biólogo evolucionista y escritor de divulgación científica. Nacido en Inglaterra en 1941, en la actualidad es profesor de la Universidad de Oxford, donde ocupa la Cátedra Charles Simonyi de la facultar de Conocimiento Público de la Ciencia. Saltó a la fama, en 1976, con la publicación del libro El gen egoísta, en el que divulgaba la relación existente entre la evolución y la genética. Acuñó el término memes, para referirse a las unidades de imitación social. Según su teoría, los memes se comportan de manera similar a los genes. Replican los comportamientos sociales de las comunidades de individuos, de una generación a otra, pudiendo sufrir defectos de replicación, es decir mutaciones. Desde entonces ha escrito varios libros sobre la evolución, y ha aparecido en varios programas de la televisión hablando de biología evolutiva, creacionismo y religión. Dawkins es un ferviente y abierto ateo, miembro honorario de la National Secular Society y vicepresidente de la British Humanist Association
El libro de Richard Dawkins The God Delusion (2005), traducido al castellano con el título El Espejismo de Dios (2007), es el más polémico del autor ya que de una manera clara y tajante proclama su ateismo. El libro se divide en dos partes, visiblemente diferenciadas. El la primera, argumenta la irracionalidad que representa creer un ser supremo y en la segunda, muestra la perversidad que encarnan y han encarnado para la humanidad la existencia de las religiones.
Para Dawkins, la imagen de un Dios personal que se involucra en nuestras vidas de una manera sobrenatural, no es compatible con la ciencia. La teoría de la evolución de la vida y del hombre, desarrollada en el siglo XIX por Charles Darwin y corroborada gracias a la genética, es una teoría cerrada a la hipótesis de Dios. Tras analizar los distintos “conceptos” que se pueden tener de Dios, concluye que si algún científico habla de Dios lo hace metafóricamente refiriéndose a las leyes de la naturaleza aún no descubiertas. Muestra que las encuestas son aplastantes, el ateismo entre la comunidad científica esta generalizado. Esta actitud se puede resumir en las siguientes palabras del fundador del Proyecto Genoma Humano, Jim Watson, al cual ante la pregunta si conocía algún científico religioso, respondió: Prácticamente, a ninguno. En ocasiones me encuentro con alguno y me averguenza un poco [risas] porque, no puedo creer que nadie acepte la verdad por revelación.
Sin embargo, Dawkins no analiza el resto de la humanidad no científica, historiadores, políticos, economistas, filósofos, en su inmensa mayoría creyente. Ridiculiza los argumentos teológicos clásicos empleados desde Santo Tomas para demostrar la existencia de Dios, ignorando las actuales escuelas teológicas. Su conclusión es tajante, la selección natural de las especies demuestra que la imagen de un Dios creador de todo lo existente en nuestro Universo es totalmente improbable, el diseño inteligente argumentado por los creacionistas es un simple tapa agujeros que llena los vacíos que la ciencia todavía no es capaz de llenar y que lo hará en el futuro. Esta argumentación la denomina 747 definitivo, en referencia a una frase atribuida al astrónomo Fred Hoyle, que dijo que la probabilidad de que la vida se formara en la tierra era igual que un huracán desencadenado sobre un desguace, ensamblara un Boeing 747. Por lo tanto Dios es así de improbable. Todo su argumentación esta plagada de ataques a las tesis creacionistas, convencidos de la existencia de en un Dios creador y que niegan la veracidad de la teoría de la evolución.
En principal fallo en los argumentos de Dawkins es aplicar la epistemología científica a la teología, él se defiende de este hecho basándose en lo absurdo de lo que denomina argumentación MANOS, es decir Magisterios NO Solapados, donde no llega la ciencia lo explica la teología. Así es capaz de afirmar que la única forma de conocimiento es el método científico. Lamentablemente este es el principal error que se tiene al abordar el tema de la Ciencia y la Teología. En mi opinión, son formas de conocimiento que se complementan en vez de enfrentarse, por lo menos, salvando los fundamentalistas católicos, en nuestra sociedad europea. Quedando claro que con la ciencia no puedes encontrar a Dios, ni con la teología se puede hacer ciencia.
Las tesis de Dawkins tiene sentido en ambiente político y social reinante en el mundo anglosajón. En el que existe una necesidad de demostrar lo absurdo de la hipótesis de un Dios creador, a favor de la teoría de la evolución, para defenderse de los ataque de los grupos de presión político-religiosos. Ningún partido político con opciones a gobernar en un país europeo incluiría en su programa electoral prohibir la enseñanza de la teoría de la evolución en las escuelas. Lo que si encontraríamos problemas seria en otras cuestiones más éticas de la actividad científica, pero no es el tema que nos ocupa. Hay que señalar también que Dawkins ignora algunas corrientes actuales del cristianismo, las cuales admiten la evolución del universo y al ateismo como una opción posible para el ser humano. Situarse en una u otra es resultado de la capacidad de valoración racional, libre y honesta, de cada ser humano.
En la segunda parte del libro, Dawkins se adentra en el enigma que supone para un racionalista la aparición de las religiones. Argumenta una explicación evolutiva al origen de las religiones, admitiendo que son el subproducto de alguna norma o actitud que funciona bien a la tribu. Pone el ejemplo que en una familia los niños que obedecen a sus padres sobreviven más que los que no ya que los adultos protegen a las crías. Como consecuencia de esta regla de supervivencia, surge el adoctrinamiento que hace que creamos a pie juntillas lo que dicen los mayores, apareciendo el adoctrinamiento, llega a decir que algunos niños deberías necesitar la protección frente al adoctrinamiento de sus propios padres. También Dawkins entra en cuestiones humanísticas, éticas, sociales, etc., para destacar que la religión es origen de todos los males: guerras, odios, enjuiciamientos, injusticias, abusos de todo tipo, eliminación de la libertad, pederastia, ignorancia, superstición, etc.
Los enemigos de sus tesis siempre le objetan, que como Hitler y Stalin, eran ateos por eso hicieron el mal. Contra esto, Dawkins argumenta que el mal no lo hicieron debido a su condición de “ateos”, sino a la de “hombres”. Ahora es cuando hay que preguntarse la razón de porque no concluye de la misma manera pensando que muchos de los problemas producidos por la religión en el pasado y en el presente, ¿no serán también debidos a la condición humana, así como al contexto global de los individuos, de las culturas y de la historia?
Hay un capitulo dedicado al análisis de la Biblia reproduciendo algunos de los desmanes que se narran en ella: la destrucción de Sodoma, el sacrificio de Isaac, las guerras del pueblo de Israel, las enseñanzas de Jesús y San Pablo, etc. Preguntándose como hay personas que supeditan su forma de vida y de pensar a las atrocidades que se narra en este libro. Esto es cierto en algunas confesiones, que consideran que la Biblia hay que interpretarla de manera literal, y es normal el ataque. Pero Dawkins se olvida señalar, quizás por desconocimiento, la moderna teología bíblica, que propugnan algunas confesiones. Desde este punto de vista la lectura de la Biblia es más razonable y actual. El análisis de los hechos narrados debe hacerse en su contexto histórico, interpretando cual es la enseñanza que intenta transmitir el texto y su aplicación a situaciones actuales. Hay que recordar que las narraciones bíblicas están escritas por hombres, que viven en un lugar y en una época determinada, condicionados por los conocimientos, costumbres e influencias de su entorno social y geográfico. Los teólogos establecen que Dios habla por medio de los acontecimientos de la vida que se narran y por tanto a Dios se le escucha mirando la vida. Si bien es vedad que esto, que puede estar claro en ciertas religiones, no lo está en otras.
A pesar de las partes más beligerantes del libro creo que es interesante su lectura, por la calidad intelectual del autor, que se puede estar de acuerdo con él o no, pero hay que reconocérsela, y sobre todo porque es sin lugar a dudas una buena forma de reflexionar sobre una de las cuestiones que más ha interesado a la humanidad y lamentablemente por las que más veces se da derramado sangre. En fin, dejando aparte los ataques de Dawkins, me gustaría que después de leer los argumentos sobre la evolución que se dan en el libro, los que se consideren creyentes reflexionen sobre la siguiente cuestión: ¿qué se opone desde la fe a admitir que Dios se valió de este medio natural para dar lugar a todas las criaturas, que podrían estar previstas en el propio plan divino del Creador desde antes del comienzo de los tiempos?, o como se pregunta Francis Collins, autor del libro The Language of God: A Scientist Presents Evidence for Belief (2006) ¿Por qué no pudo Dios utilizar los mecanismos evolucionistas para crear?.
El libro de Richard Dawkins The God Delusion (2005), traducido al castellano con el título El Espejismo de Dios (2007), es el más polémico del autor ya que de una manera clara y tajante proclama su ateismo. El libro se divide en dos partes, visiblemente diferenciadas. El la primera, argumenta la irracionalidad que representa creer un ser supremo y en la segunda, muestra la perversidad que encarnan y han encarnado para la humanidad la existencia de las religiones.
Para Dawkins, la imagen de un Dios personal que se involucra en nuestras vidas de una manera sobrenatural, no es compatible con la ciencia. La teoría de la evolución de la vida y del hombre, desarrollada en el siglo XIX por Charles Darwin y corroborada gracias a la genética, es una teoría cerrada a la hipótesis de Dios. Tras analizar los distintos “conceptos” que se pueden tener de Dios, concluye que si algún científico habla de Dios lo hace metafóricamente refiriéndose a las leyes de la naturaleza aún no descubiertas. Muestra que las encuestas son aplastantes, el ateismo entre la comunidad científica esta generalizado. Esta actitud se puede resumir en las siguientes palabras del fundador del Proyecto Genoma Humano, Jim Watson, al cual ante la pregunta si conocía algún científico religioso, respondió: Prácticamente, a ninguno. En ocasiones me encuentro con alguno y me averguenza un poco [risas] porque, no puedo creer que nadie acepte la verdad por revelación.
Sin embargo, Dawkins no analiza el resto de la humanidad no científica, historiadores, políticos, economistas, filósofos, en su inmensa mayoría creyente. Ridiculiza los argumentos teológicos clásicos empleados desde Santo Tomas para demostrar la existencia de Dios, ignorando las actuales escuelas teológicas. Su conclusión es tajante, la selección natural de las especies demuestra que la imagen de un Dios creador de todo lo existente en nuestro Universo es totalmente improbable, el diseño inteligente argumentado por los creacionistas es un simple tapa agujeros que llena los vacíos que la ciencia todavía no es capaz de llenar y que lo hará en el futuro. Esta argumentación la denomina 747 definitivo, en referencia a una frase atribuida al astrónomo Fred Hoyle, que dijo que la probabilidad de que la vida se formara en la tierra era igual que un huracán desencadenado sobre un desguace, ensamblara un Boeing 747. Por lo tanto Dios es así de improbable. Todo su argumentación esta plagada de ataques a las tesis creacionistas, convencidos de la existencia de en un Dios creador y que niegan la veracidad de la teoría de la evolución.
En principal fallo en los argumentos de Dawkins es aplicar la epistemología científica a la teología, él se defiende de este hecho basándose en lo absurdo de lo que denomina argumentación MANOS, es decir Magisterios NO Solapados, donde no llega la ciencia lo explica la teología. Así es capaz de afirmar que la única forma de conocimiento es el método científico. Lamentablemente este es el principal error que se tiene al abordar el tema de la Ciencia y la Teología. En mi opinión, son formas de conocimiento que se complementan en vez de enfrentarse, por lo menos, salvando los fundamentalistas católicos, en nuestra sociedad europea. Quedando claro que con la ciencia no puedes encontrar a Dios, ni con la teología se puede hacer ciencia.
Las tesis de Dawkins tiene sentido en ambiente político y social reinante en el mundo anglosajón. En el que existe una necesidad de demostrar lo absurdo de la hipótesis de un Dios creador, a favor de la teoría de la evolución, para defenderse de los ataque de los grupos de presión político-religiosos. Ningún partido político con opciones a gobernar en un país europeo incluiría en su programa electoral prohibir la enseñanza de la teoría de la evolución en las escuelas. Lo que si encontraríamos problemas seria en otras cuestiones más éticas de la actividad científica, pero no es el tema que nos ocupa. Hay que señalar también que Dawkins ignora algunas corrientes actuales del cristianismo, las cuales admiten la evolución del universo y al ateismo como una opción posible para el ser humano. Situarse en una u otra es resultado de la capacidad de valoración racional, libre y honesta, de cada ser humano.
En la segunda parte del libro, Dawkins se adentra en el enigma que supone para un racionalista la aparición de las religiones. Argumenta una explicación evolutiva al origen de las religiones, admitiendo que son el subproducto de alguna norma o actitud que funciona bien a la tribu. Pone el ejemplo que en una familia los niños que obedecen a sus padres sobreviven más que los que no ya que los adultos protegen a las crías. Como consecuencia de esta regla de supervivencia, surge el adoctrinamiento que hace que creamos a pie juntillas lo que dicen los mayores, apareciendo el adoctrinamiento, llega a decir que algunos niños deberías necesitar la protección frente al adoctrinamiento de sus propios padres. También Dawkins entra en cuestiones humanísticas, éticas, sociales, etc., para destacar que la religión es origen de todos los males: guerras, odios, enjuiciamientos, injusticias, abusos de todo tipo, eliminación de la libertad, pederastia, ignorancia, superstición, etc.
Los enemigos de sus tesis siempre le objetan, que como Hitler y Stalin, eran ateos por eso hicieron el mal. Contra esto, Dawkins argumenta que el mal no lo hicieron debido a su condición de “ateos”, sino a la de “hombres”. Ahora es cuando hay que preguntarse la razón de porque no concluye de la misma manera pensando que muchos de los problemas producidos por la religión en el pasado y en el presente, ¿no serán también debidos a la condición humana, así como al contexto global de los individuos, de las culturas y de la historia?
Hay un capitulo dedicado al análisis de la Biblia reproduciendo algunos de los desmanes que se narran en ella: la destrucción de Sodoma, el sacrificio de Isaac, las guerras del pueblo de Israel, las enseñanzas de Jesús y San Pablo, etc. Preguntándose como hay personas que supeditan su forma de vida y de pensar a las atrocidades que se narra en este libro. Esto es cierto en algunas confesiones, que consideran que la Biblia hay que interpretarla de manera literal, y es normal el ataque. Pero Dawkins se olvida señalar, quizás por desconocimiento, la moderna teología bíblica, que propugnan algunas confesiones. Desde este punto de vista la lectura de la Biblia es más razonable y actual. El análisis de los hechos narrados debe hacerse en su contexto histórico, interpretando cual es la enseñanza que intenta transmitir el texto y su aplicación a situaciones actuales. Hay que recordar que las narraciones bíblicas están escritas por hombres, que viven en un lugar y en una época determinada, condicionados por los conocimientos, costumbres e influencias de su entorno social y geográfico. Los teólogos establecen que Dios habla por medio de los acontecimientos de la vida que se narran y por tanto a Dios se le escucha mirando la vida. Si bien es vedad que esto, que puede estar claro en ciertas religiones, no lo está en otras.
A pesar de las partes más beligerantes del libro creo que es interesante su lectura, por la calidad intelectual del autor, que se puede estar de acuerdo con él o no, pero hay que reconocérsela, y sobre todo porque es sin lugar a dudas una buena forma de reflexionar sobre una de las cuestiones que más ha interesado a la humanidad y lamentablemente por las que más veces se da derramado sangre. En fin, dejando aparte los ataques de Dawkins, me gustaría que después de leer los argumentos sobre la evolución que se dan en el libro, los que se consideren creyentes reflexionen sobre la siguiente cuestión: ¿qué se opone desde la fe a admitir que Dios se valió de este medio natural para dar lugar a todas las criaturas, que podrían estar previstas en el propio plan divino del Creador desde antes del comienzo de los tiempos?, o como se pregunta Francis Collins, autor del libro The Language of God: A Scientist Presents Evidence for Belief (2006) ¿Por qué no pudo Dios utilizar los mecanismos evolucionistas para crear?.
1 comentario:
Perdón, pero nada más comenzar hay un error que queda mal:
Richard Dawkins no nació en Inglaterra sino en Suráfrica, concretamente en Nairobi. Se puede consultar su biografía en muchos sitios:
http://www.simonyi.ox.ac.uk/dawkins/WorldOfDawkins-archive/Dawkins/Biography/bio.shtml
Se trasladóa a Inglaterra a los nueve años y estudió en Oxford que como es sabido es el más excelso reducto católico de la Pérfida Albión y claro, así de sopetón pues no es de extrañar que al chico le diera por el bioateismo memético, porque su teoría del gen egoísta ya la había expuesto Edwar O Wilson con anterioridad.
Saludos.
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