miércoles, 27 de agosto de 2008

La Luna, otro pequeño gran salto para la humanidad

La Luna - el satélite natural de la Tierra - es el único cuerpo del sistema solar que ha visitado el hombre. El 25 de mayo de 1961, el Presidente John F. Kennedy, pronunció ante el Congreso de Estados Unidos las siguientes palabras:"Creo que esta nación debe proponerse la meta, antes de que esta década termine, de que el hombre pise la Luna y vuelva a salvo a la Tierra”. Ocho años después, el 20 de julio de 1969, millones de personas, pegadas a la televisión, contemplan como dos astronautas, Neil Armstrong y Edwin Buzz Aldrin, pisan el suelo de nuestro satélite. Pero esta imagen solo se repitió cinco veces más. En 1972 la National Aeronautics and Space Administration (NASA) decide poner fin a los vuelos tripulados a la Luna. Desde entonces ningún ser humano ha regresado a ese lugar.


© 2008 Juan Miguel Suay Belenguer. Fuente NASA. (Pulsar la imagen para ampliar)

El 14 de enero de 2004, el Presidente de Estados Unidos, George W. Bush, en un discurso ofrecido en las oficinas de la NASA en Washington, emulando a su antecesor, presenta la Vision for Space Exploration (VSE). Con esta denominación fija los objetivos de la NASA para las próximas décadas, siendo el más importante regresar con misiones tripuladas a la Luna, como primera etapa para llegar a Marte. Hay que “desarrollar y probar una nueva nave espacial, un Vehículo Tripulado de Exploración (CEV), hacia 2008, y realizar la primera misión tripulada no más tarde de 2014” asegura Bush. Este nuevo vehículo tiene dos propósitos, sustituir al actual transbordador espacial como lanzadera a la Estación Espacial y “llevar astronautas más allá de nuestra órbita a otros mundos”, concluía el Presidente.

Una constelación de vehículos espaciales hacia la Luna

El 19 de septiembre de 2005, el administrador general de la NASA Michael Griffin presenta en rueda de prensa el documento Exploration Systems Architecture Study (ESAS). Este informe técnico, de casi 800 páginas, estudia la viabilidad y los componentes necesarios para regresar a la Luna. “Se puede considerar una continuación del proyecto Apollo, que llevó al hombre a la Luna en 1969, y del actual transbordador espacial, cuyas últimas misiones se esperan para el 2010” especifica el administrador Griffin, en la presentación del ESAS.

El nuevo reto de la NASA, iniciado el año 2006, se conoce como Programa Constellation. Los elementos principales pueden verse en su página oficial en Internet (pulsar aqui). El programa consta del desarrollo de dos lanzaderas, la Ares I y la Ares V diseñadas para poner en orbita el vehículo tripulado de exploración Orión y el módulo de descenso lunar Altair. Para impulsar a estas dos naves hasta la Luna se necesita además lo que se conoce como etapa de salida de la órbita terrestre (EDS).

Con el fin de aprovechar tecnología y componentes, asegura en el sitio Web el Director General del Programa Constellation Jeff Hanley, “el cohete lanzadera Ares I cuenta con el impulsor de combustible sólido del actual transbordador espacial”, este lleva instalando encima una segunda fase equipada con un motor “similar al empleado en las misiones de los años 60” comenta Hanley. Arriba se ubicará la nave tripulada Orion, similar a las del proyecto Apollo, “pero tres veces más grande, por lo que tendrá sitio para cuatro astronautas” asegura el Director del Programa.

El Director Asociado del programa Orión Skip Hatfield, esta convencido de que “el sistema será, diez veces más seguro que el actual”, ya que al encontrarse el habitáculo de la tripulación en lo alto del Ares I, “no sufre posibles daños causados por piezas desprendidas durante el despegue, circunstancia que ocasionó la explosión del Columbia en su regreso a la Tierra el 1 de febrero de 2003” recuerda Hatfiel, además en el caso de que se produzca un accidente, “la cápsula Orion cuenta con un dispositivo de escape que se activa al menor problema durante el lanzamiento”.

Skip Hatfield también reconoce que “la vuelta a casa será también un viaje al pasado”, ya que la cápsula de los astronautas “regresará a la Tierra protegida por un grueso escudo térmico y frenará su descenso con grandes paracaídas y airbags”, además “la cápsula caerá sobre tierra y no en el mar, como las del proyecto Apollo” comenta Hatfiel. La diferencia la podemos encontrar que la capsula “podrá utilizarse hasta diez veces, una vez reemplazado el escudo térmico” concluye el director del proyecto.

El otro cohete, el Ares V, se empleará para poner en órbita el modulo de descenso lunar Altair junto con la etapa de salida de la orbita terrestre (EDS). Con el fin de poder elevar esta carga, asegura el Director del Programa de lanzaderas Ares John F. Connolly, el vehiculo espacial “cuenta con dos cohetes de combustible sólido como los del los transbordadores capaces de poner en órbita hasta 125 toneladas de carga útil”. Una vez en órbita el Altair y el ADS se unirán a la nave Orion para iniciar su camino hacia la Luna.

Una Luna llena de 181 posibilidades

Este nuevo desafío, al contrario que pasó en los años sesenta, no cuenta con el apoyo unánime de la comunidad científica estadounidense. El profesor de la University of Maryland y director de la American Physical Society Robert L. Park, opina que la exploración espacial tripulada es mucho más cara y arriesgada que las sondas no tripuladas, ya que con “mucho menos dinero generan grandes cantidades de información científica”. Park ha sido un ferviente detractor de la Estación Espacial Internacional (ISS).

Con el fin de intentar acallar estas críticas, en abril de 2006, el administrador general de la NASA Michael Griffin, inicia una serie de contactos con los representantes de las agencias espaciales de Australia, Canadá, China, Francia, Alemania, Gran Bretaña, India, Italia, Japón, Rusia, Corea del Sur, Ucrania y de la Agencia Espacial Europea (ESA). El Jefe de Desarrollo Estratégico de la Exploration Systems Mission Directorate de la NASA Jeff Volosin, reconoce que desde el final del programa Apolo, "personas de todo el mundo han estado pensando en volver a la Luna, y en lo que les gustaría hacer allí" como la NASA planea enviar nuevamente astronautas a la Luna, decidimos en estos encuentros “consulta a más de mil personas del mundo de los negocios, del ámbito académico y a las trece agencias espaciales internacionales”, el resultado “una lista de 181 cosas que se pueden hacer en la Luna" anuncia Volosin.

El físico del Applied Physics Laboratory de la Universidad Johns Hopkins de Maryland (USA), Paul D. Spudis, opina que la NASA lleva más de cincuenta años dedicada a la exploración espacial, pero "hay todavía algo que no sabemos: ¿cuál es la mejor manera de explorar un planeta?" se pregunta Spudis. En opinión de este físico, “la Luna podría usarse como escuela taller donde probar nuevas técnicas de exploración planetaria”, además de ser un “observatorio astronómico privilegiado o un laboratorio de biología, física, química o ecología” asegura Spudis.

Sin embargo, la investigación científica básica representa sólo un tercio de estos 181 objetivos, más de la mitad de la lista son encontrar soluciones a los desafíos que implica aprender a vivir en un mundo hostil: desde proteger a los astronautas de la radiación o de los micrometéoros hasta establecer sistemas para la generación de energía, o cultivar alimentos en el árido suelo lunar, desprovisto de atmósfera. En opinión del director del Equipo de Arquitectura Lunar de la NASA en el Centro Marshall Tony Lavoie. "Queremos aprender a vivir del suelo y no tener que depender tanto de las provisiones de la Tierra".

La Luna también podría albergar algunas iniciativas comerciales. El director comercial de la oficina de la Commercial Crew & Cargo Program de la NASA, Alan Lindenmoyer destaca que en nuestro satélite se puede “generar y vender la energía obtenida de paneles solares, almacenar archivos de datos protegidos, explotaciones mineras, o realizar procesos industriales en condiciones de baja gravedad y alto vacío”, entre otras. Además, asegura Lindenmoyer, “las explotación turística y publicitaria de la Luna es una novedosa posibilidad”, podría hacerse “viajes organizados a lugares históricos de nuestro satélite, como el sitio del primer alunizaje” o colocar un robot teledirigido sobre la superficie lunar. La gente en la Tierra podría “pagar por turnarse para controlar el robot por Internet, lo que le permitiría dar un paseo virtual por la superficie lunar” comenta el director comercial.

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