…histórica y célebre paradoja del letrado que, antes de graduarse y obtener su título para ejercer la profesión de abogado, recibe clases de un prestigioso catedrático de derecho; ambos acuerdan que el futuro abogado pagará esas enseñanzas cuando gane el primer juicio.
Pasa el tiempo y el alumno ya es abogado, pero aún no ha participado en juicio alguno ni tampoco ha pagado a su antiguo profesor aquellas clases que le sirvieron para sacar uno de los primeros números de su profesión.
En consecuencia, el profesor, viendo que su alumno no le paga, decide denunciarle; y, entonces, el alumno le argumenta del siguiente modo: “O pierdo el juicio o lo gano. Si lo gano no tendré que pagarte, pues así lo habrá decidido el juez. Y si lo pierdo tampoco te pagaré, puesto que, en virtud de nuestro acuerdo, sólo debo pagarte cuando gane el primer juicio”.
Pero el profesor replica al alumno, y le argumenta lo siguiente: “O pierdes el juicio o lo ganas. Si lo pierdes tendrás que pagarme, porque así lo habrá dictaminado el juez. Y si lo ganas también tienes que pagarme pues, en cumplimiento de nuestro acuerdo, debes pagarme cuando ganes el primer juicio”…
Todo lenguaje formal basado en la aritmética contiene paradojas, demostró Gödel